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28 septiembre 2013

ESTOS TIEMPOS...


 
Ayer viernes y antes de ayer jueves han sido dos días muy muy muy duros... donde una vez más, la energía nos ha zarandeado brutalmente para el mejor bien nuestro y el mayor bien de todo lo que nos rodea.

Estamos transitando tiempos tan acelerados y cambiantes que muchas veces podemos sentir como que estamos viviendo en un constante terremoto energético.

Todo cambia, muta, se transforma. Todo lo que creíamos, deja de ser o importar. Todo lo que era, no lo es más. Todo lo que pensábamos, ya no interesa. Las personas con las que nos vinculábamos de pronto dejan nuestras vidas sin previo aviso.

Cuesta asimilarlo, cuesta aceptarlo, es verdad. A veces la impotencia que sentimos puede llegar a ser muy honda y nuestro cuerpo emocional está trabajando arduamente mostrándonos una y otra vez todo lo que aún nos queda por limpiar.

Pasamos del llanto a la risa o de la alegría al enojo con una gran facilidad.

De golpe, todo lo que ya creíamos superado o aprendido vuelve a manifestarse para que lo perfeccionemos, para que la sanación o el aprendizaje sean realmente completos.

Y nuestro cuerpo parece no lograr acostumbrarse nunca a ese constante movimiento al que pareciéramos estar constantemente afectados.

En mi caso, todas estas sensaciones ya venía sintiéndolas desde hace muchos meses, es más, te diría que desde aún antes de 2012, pero desde el mismo instante que nuestros cuerpitos volvieron a tomar contacto con nuestro lugar… Todo pareció acelerar el proceso de cambio.

Si humanamente esbozamos ponerle a nuestro trabajo algunas fechas para intentar movernos, lo más probable es que el Universo las cambie constantemente sobre la marcha, dejándonos azorados intentando entender las señales para volver a ubicar cada cosa en el momento y lugar en el que ahora tendría que estar.

Las máscaras de las personas caen cada vez con mayor facilidad, y como si un grano de pus hubiera sido apretado, toda la violencia parece manifestarse sin control en la sociedad. Nadie sabe a que atenerse ni como reaccionar ante estos tiempos en los que si no estamos equilibrados, podemos quedar tumbados seriamente.

Grandes portales de energía son abiertos a diario  por la luz, para facilitar nuestros cambios y aunque nuestros pies no logren encontrar el equilibrio, aunque a veces sintamos que no sabemos para que lado tenemos que ir, aunque a veces los dolores físicos (sobre todo lo inherente a nuestros huesos) puedan intensificarse cada vez más, aunque por momentos sintamos que necesitamos parar el mundo para bajar, aunque el llanto se agolpe en nuestra garganta y creamos que es el final… El punto, es que estamos en el principio.

Este terremoto energético que estamos viviendo nos esta ayudando a limpiar aún más las máscaras, los velos, las emociones, nuestros cuerpos todos en general. Debemos ver este terremoto energético como una bendición, y agradecerle la posibilidad que nos da de ver la vida desde una perspectiva aún más sabia.

Cuando en las noticias vemos las terribles y lamentables imágenes de los grandes y devastadores terremotos que afectan distintas partes de nuestro amado planeta, vemos que es raro lo que pueda quedar en pie, y vemos que en medio de la nada, en medio de la desolación, la impotencia, el miedo, la tristeza y el dolor, las personas deben renacer de sus cenizas, deben encontrar esa fuerza interior que las ayude a volver a empezar poco a poco, pese a las grandes pérdidas que hubieran sufrido; de la misma manera, el terremoto energético nos sume continuamente en diversas devastaciones internas, va cambiando todo a su paso, va acelerando las modificaciones que necesitamos para crecer. Y nos va ayudando a encontrarnos con lo que realmente importa en esta, nuestra vida, que no es otra cosa que nuestro ser.

Mi mensaje es que pese a que el terremoto energético sea cada vez más fuerte e intenso en nuestras vidas, logremos aprovecharlo al máximo, logremos agradecerle por estar en nuestras vidas y por darnos una gran herramienta de crecimiento.

Solo te digo y me digo que tratemos de encontrar cada vez con mayor frecuencia durante el día nuestros espacios de soledad, para respirar, para conectarnos con la fuente divina, para escuchar solo nuestra voz pura y verdadera que no es otra que la de nuestro cristo interno manifestando su sabiduría y luego de eso, continuar recordando que :

“ESTO TAMBIÉN PASARÁ”

1 comentario:

Nati dijo...

Gracias por compartir toda tu sabiduria.
Un abrazo.
Nati

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